Los visillos y cortinas de interior son un elemento de decoración fundamental para vestir las distintas estancias de cualquier hogar, pero además del aspecto estético también tienen una doble función : la de evitar que miradas ajenas se infiltren en el interior de tu hogar, y la de regular la entrada de la luz del sol.
Si en una cálida mañana de primavera, de hecho, es agradable abrir las cortinas de la habitación para dejar entrar la luz natural, a la hora de la siesta quizás prefieras cerrarlas y protegerte de las miradas indiscretas.
Las cortinas de interior, por tanto, son excelentes aliadas: funcionales y decorativas a la vez, se adaptan fácilmente a los cambios en el hogar.
Saber elegir cortinas no siempre es tarea fácil, aunar estética y funcionalidad, además de su utilidad, los textiles también son un elemento decorativo por derecho propio.
Materiales, largos, cordones, estilos… Hay infinitas combinaciones posibles.
En primer lugar, la mejor elección es aquella que parte de la consideración de la habitación y sus usos : para el dormitorio, por ejemplo, las cortinas tendrán como principal misión crear un ambiente propicio para dormir.
En el salón, por el contrario, tendrán que garantizar la entrada de la mayor cantidad de luz posible.
Saber elegir cortinas no siempre es fácil, estético y funcional. Además de su utilidad, los textiles también son un elemento decorativo por derecho. Materiales, anchos, cordones, estilos… Hay infinitas combinaciones posibles.
Cortinas interiores suaves
Son las más extendidas y versátiles, se adaptan bien a las balconeras que se abren y cierran varias veces al día, quedan perfectas tanto en el salón como en el dormitorio, sobre todo si las ventanas son grandes.
El estilo que quieras inculcar en la estancia es, en este caso, el primer criterio a tener en cuenta: el algodón y el poliéster (los más habituales del mercado) se adaptarán bien a un ambiente contemporáneo.
El lino es perfecto para una decoración natural con espíritu campestre, aunque se debe disponer en doble capa para evitar la decoloración por los rayos UV.
Las cortinas de seda, tafetán y terciopelo, por otro lado, añaden un toque de sofisticación.
Otro aspecto a tener en cuenta es el tamaño de la ventana y es bueno prestar la debida atención a dos elementos:
el ancho: para elegir el adecuado, es necesario calcular una vez y media o dos veces el tamaño de la varilla, para un aspecto acogedor con más ondulación.
la longitud: las cortinas que rozan el suelo aseguran una sala de estar sofisticada.
La caída perfecta es de 1 cm del suelo, pero asegúrate de que las telas no encojan con el lavado.
Los que acarician el suelo dan un toque de encanto a las estancias, pero necesitan un mantenimiento constante.
Otra precaución a tener en cuenta es el color de las paredes, el suelo, el techo, los muebles e incluso las vigas. De hecho, las cortinas aportan calidez y tienen una influencia real en el ambiente general de la habitación. De ahí la importancia de elegir el color con cuidado. En general, los tonos claros (blanco, crema, beige, gris ratón, etc.) amplían las superficies, mientras que los tonos oscuros (negro, azul marino, verde oscuro, etc.) no lo hacen.
En una habitación con techo bajo, no tengas miedo de optar por cortinas de rayas verticales: su efecto visual aumentará la impresión de altura.
En cuanto a los acabados, solo se aplica una regla: adaptar el estilo al tamaño de la ventana. Por lo tanto, es posible optar por:
ojales: muy prácticos, estos anillos de metal se deslizan perfectamente sobre la caña y te permiten obtener ondas regulares y una caída perfecta. Simplemente impecable.
nudos: su interpretación es elegante (ideal para un estilo country chic). Sin embargo, esta solución no es muy práctica cuando se trata de cortinas que se manipulan todos los días.
bucles de tela: perfectos para cortinas opacas, se deslizan sobre la barra para un efecto delicado y aireado.
rieles: permiten un fácil manejo diario y aseguran ondulaciones suaves.
Cortinas enrollables que oscurece
Las cortinas enrollables que oscurecen es una apuesta segura en decoración. La tela que oscurece evita que la luz exterior entre en las habitaciones, gracias a su grosor: puedes crear una oscuridad total en las habitaciones que te permitirá disfrutar al máximo de tus noches.
En definitiva, la tela que oscurece es ideal para equipar las ventanas de los dormitorios. Las cortinas enrollables que oscurecen se encuentran, por tanto, entre los productos atemporales de la decoración de interiores. Se pueden utilizar para todo tipo de ventanas y se fijan con diferentes modelos de ménsulas, son fáciles de usar y permiten filtrar la luz, preservar la privacidad, crear oscuridad, etc. Consisten en un tubo enrollable de aluminio sobre el que se enrolla el tejido. Se enrollan mediante la cadena de forma manual y también se pueden motorizar, para mayor comodidad. Ideales para muebles minimalistas e industriales, también son fáciles de limpiar, ya que no tienen cortinas.
Cortinas romanas interiores
Son, en la práctica, una variante de las cortinas enrollables: la tela sube y baja formando grandes pliegues paralelos, según el principio de un acordeón. Las cortinas romanas se pueden realizar con varios tejidos: natural, sintético, terciopelo, liso o estampado, jacquard…
Se consideran más decorativas y cálidas que las persianas enrollables. Además de la variedad de tejidos posibles, su pequeño lado "origami" es una ventaja de estilo adicional. La forma más voluminosa en comparación con las persianas enrollables aprovecha mejor la maleabilidad del tejido.
Por ello, constituyen una solución estéticamente más agradable, que se adapta bien a los ambientes y estilos contemporáneos.